PROLOGO EVANGELIO DE SAN JUAN
En el principio existía aquel
que es la palabra,
y aquél que es la palabra
estaba con Dios y era Dios.
Él estaba en el principio con Dios.
Todo fue hecho por él
y sin él nada se hizo.
Cuanto ha sido hecho en él es vida,
y la vida es la luz de los hombres;
la luz luce en las tinieblas
y las tinieblas no la sofocaron.
Hubo un hombre enviado por Dios,
de nombre Juan.
Este vino como testigo,
para dar testimonio de la luz
a fin de que todos creyeran por él,
No era él la luz
sino testigo de la luz.
Existía la luz verdadera,
que con su venida a este mundo
ilumina a todo hombre.
Estaba en el mundo;
el mundo fue hecho por él,
y el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos,
y los suyos no los recibieron.
A todos los que lo reciben
les da el ser hijo de Dios;
él, que no nació ni de sangre
ni de carne,
ni por deseo de hombre
sino de Dios.
Y aquel que es la palabra
se hizo carne,
y hábito entre nosotros,
y nosotros vimos su gloria,
gloria cual de unigénito
venido del padre,
lleno de gracia y de verdad.
Juan daba testimonio de él
y proclamaba:
<<Este es del que yo dije:
El que viene detrás de mí
ha sido antepuesto a mí,
porque era antes que yo>>
De su plenitud, en efecto,
todos nosotros hemos recibido,
y gracia sobre gracia.
Porque la ley fue dada por Moisés,
pero la gracia y la fidelidad
vinieron por Cristo Jesús.
A Dios nadie lo ha visto jamás;
el Hijo Único, que está en el Padre,
nos lo ha dado a conocer.